jueves, 19 de noviembre de 2015

En pocas palabras


Nuestro Ideario



El Instituto María Inmaculada (A-482) es un centro educativo que pertenece a la obra de las Religiosas de María Inmaculada (rmi), que según la iniciativa de su fundadora Santa Vicenta María López y Vicuña, pretende acompañar a las jóvenes que se preparan para su participación activa en la sociedad, proponiéndoles el proyecto de vida cristiano. Se presenta como una comunidad que ofrece su servicio en el ámbito de la educación –desde la misión evangelizadora de la Iglesia­­-, orientada a promover la formación integral de jóvenes y adolescentes.
“El contenido de nuestro anuncio evangelizador es Jesús: su nombre, su persona, sus actitudes, sus gestos, sus palabras y la doctrina siempre nueva de las bienaventuranzas” (Documentos C. 1992 n. 30).
Presentamos a María como modelo de educadores y educandos en su disponibilidad al servicio, fidelidad, sencillez, laboriosidad, cercanía.
Acompañamos y orientamos a nuestras alumnas en el ámbito de una experiencia educativa pastoral que ayude a su desarrollo personal en todas sus dimensiones: espiritual y corporal, intelectual y afectiva, ética y comunitaria, según el Evangelio; en consonancia con la Ley N°26.206 de Educación Nacional, según la cual la educación “brindará las oportunidades necesarias para desarrollar y fortalecer la formación integral de las personas a lo largo de toda la vida y promover en cada educanda la capacidad de definir su proyecto de vida, basado en los valores de libertad, paz, solidaridad, igualdad, respeto a la diversidad, justicia, responsabilidad y bien común” (art. 8). En este marco, procuramos una educación que acompaña a las alumnas teniendo en cuenta las necesidades y capacidades de cada una, promoviendo su maduración personal y su capacidad de vincularse enriquecedoramente con los otros.
Buscamos proveer a las alumnas las herramientas que las habiliten a una mayor y mejor participación en la sociedad a través de su desempeño laboral y profesional, haciendo de ellas ciudadanas comprometidas con el mundo y conscientes de su vocación humana y cristiana. Apuntamos así un segundo objetivo, la socialización de las alumnas para facilitar su integración al mundo adulto manteniendo su capacidad crítica y adquiriendo la perspectiva del interés común.
En la formación académica, procuramos la transmisión de conocimientos y competencias que sean relevantes para integrarse a una sociedad democrática y al mundo del trabajo. En este empeño atendemos especialmente a la articulación con estudios de nivel superior y la promoción de la educación permanente.
Siguiendo los lineamientos de las enseñanzas de la Iglesia, trabajamos por una educación integral de calidad para una cultura del encuentro, sostenida en la concepción cristiana del ser humano, de la vida y de la historia. Nos comprometemos con el diálogo como método institucional para ayudar a crecer en corresponsabilidad y edificar la solidaridad que promueve la justicia y la paz.

Orientan nuestra tarea tres principios fundamentales:
-       El reconocimiento de la dignidad de la persona, abierta a la relación con Dios y con los otros, capaz de comunión y servicio y llamada a realizar esta vocación en plenitud.
-       El derecho que tiene toda persona a la educación y formación para alcanzar su desarrollo integral.
-       La educación católica como parte de la misión evangelizadora de la Iglesia, servicio y anuncio de la redención obrada por Cristo, que restaura y plenifica en la persona la dimensión de relación filial con Dios, y fraterna de comunión con los otros.
Nuestra pedagogía
-     Personalizada: parte de la originalidad de cada una de las personas respetando y adaptándose al ritmo particular de crecimiento y maduración, valorando e integrando las aspiraciones, deseos, frustraciones que configuran el perfil concreto de cada  joven.
-    Integral: ofrece cauces que les ayuden a encontrar el significado global de su vida, integrando todas las dimensiones de la persona frente a una sociedad que desunifica a la joven, potenciando iniciativas que la lleven hacia una vida sana y honrada.
-   Liberadora: busca el despliegue de sus potencialidades, rescatando valores, favoreciendo el  desarrollo de su autonomía en solidaridad.
-   Proactiva: ayuda a la joven a ser protagonista de su propia formación integral. Parte de la realidad de la joven y de sus circunstancias, en la perspectiva de una actitud afirmadora de la existencia.
-     Creativa: busca en cada circunstancia la forma más adecuada de ayudar a la joven, apoyada en la Pascua de la novedad de Jesús, se mantiene abierta  a las necesidades, características y aspiraciones del mundo adolescente para encontrar respuestas flexibles, y nuevos caminos que a la vez sean capaces de producir nuevas experiencias.
-  Festiva: en esta época marcada muchas veces por la falta de sentido de la existencia, proponemos el descubrimiento de “la alegría del Evangelio [que] llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Santo Padre Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium n.1). En este marco, los espacios de encuentro se presentan como un lugar de identificación personal, de ahí el empeño por ofrecer cauces a una diversión sana, a iniciativas que favorezcan la realización de la joven y la ayuden a descubrir y experimentar el verdadero sentido de la fiesta y de la alegría vividas en común.